Las Estatuas de Isla de Pascua

Moais de Rapa Nui

Los Moais son uno de los mayores atractivos de la Isla de Pascua. Ya sea por su majestuosidad o el misterio que encubren, es imposible no admirar la originalidad de las estatuas de piedra. Dentro de la Isla hay cientos de Moais, los cuales se encuentran repartidos por todo el territorio. El lugar donde se pueden ver más estatuas de Isla de Pascua es en la cantera del volcán Rano Raraku y en alguno de los famosos Ahu entre los cuales distinguen Tongariki y Nau Nau.

El Ahu

Es imposible separar a los moai de sus ahu, la estructura de piedra sobre la cual reposan. Se cuentan alrededor de 272 ahu en toda la isla, aunque sólo decenas de estos altares repartidos en  Rapa Nui acogían alguna estatua. La mayoría de ellos se erigían cerca del mar, pero también existen 25 ahu relativamente grandes en el interior de la isla, como el ahu Akivi o el ahu Uri a Uranga. En realidad, un ahu podía tener una primera vida y, tras el paso del tiempo y las guerras, destruirse para reutilizar sus piedras y estatuas con el fin de edificar un segundo ahu. Inicialmente, estas plataformas ceremoniales no debían exceder los veinte metros de largo, pero durante el período más clásico de la historia de Isla de Pascua, algunos ahu midieron más de 100 metros de largo y contaron con más de diez estatuas de diferentes épocas. Casi todos los ahu estaban concebidos de modo que los moai dieran la espalda al mar y protegieran al clan con su mana (poder, potencia, aliento, en cierta forma la conciencia de los pascuenses), ya que eran figuras de ancestros protectores.

De las 288 estatuas transportadas hasta los ahu, sólo 164 se levantaron durante el período clásico de la isla. Las demás, de una época anterior, estaban incorporadas en la construcción. Sólo 58 estatuas tenían un pukao (gorro). Poco más del 90% de los moai provenían de la cantera del Rano Raraku, aunque algunos se elaboraron en el Poike con traquita blanca, escoria roja, e incluso con basalto.

Ahu Tongariki

De todos los ahu de Isla de Pascua, el más prestigioso es, sin duda, el Tongariki, cuyas 15 estatuas se encuentran frente a la cantera del Rano Raraku, a una distancia de menos de 2 km. ¿Realmente el clan Tongariki entregaba las mejores esculturas? Algunos historiadores han esbozado esta hipótesis.

Si bien el Tongariki expone 15 estatuas, en su base se encontraron otros 17 moai de fabricación más antigua, algunos de los cuales actualmente se exponen en el sitio (de hecho, tres ahu se sobrepusieron en el mismo lugar a lo largo de la historia). Actualmente, los especialistas estudian metros cúbicos de valiosos archivos. En cuanto a la estatua que yace en el suelo delante del ahu, no se trata de un moai del Tongariki, si no de una estatua que estaba siendo transportada. Sus ojos aún no se habían esculpido, puesto que recién salía de la cantera vecina del Rano Raraku. El ahu Tongariki, cuya parte izquierda se restauró en 2001, hoy es el monumento más grande del Pacífico Sur (los guías profesionales de la isla les revelarán en el sitio los petroglifos y otros detalles ligados a este impresionante conjunto).

Ahu Uri A Urenga

Situado un poco más allá del aeropuerto, a la izquierda de la ruta que conduce a Anakena. Ubicado frente al sol levante, seguramente tuvo un rol importante en el calendario astronómico polinesio. Cerca de este ahu existe otra plataforma, el ahu A Kao que posee una estatua de 5,30 m de alto, lamentablemente decapitada a la altura de los ojos.

Ahu Akahanga

En el camino de la costa sur hacia Rano Raraku, el asfalto bordea un conjunto de estatuas impresionantes que es indispensable visitar. De hecho, dos ahu rodean una pequeña bahía. El primero, el ahu Ura Uranga Te Mahina, cuenta con cinco grandes estatuas caídas. Al otro lado de la bahía, el ahu Akahanga está compuesto por, al menos, 16 estatuas, posiblemente de diferentes períodos. Algunas yacen caídas al borde del mar.

En la cercanía, se puede observar lo que antiguamente constituía un pueblo pascuense: cavernas naturales, fundaciones de casas-barco, etc. Casi en el centro de la bahía se encuentra una gran estatua boca abajo. Está en perfecto estado y data del período de esplendor de la cantera del Rano Raraku. Su diseño es excepcional, aunque la estatua no pudo llegar a su destino (sus ojos no están abiertos). La tradición oral relata que no estaba prevista para ocupar el ahu Akahanga, si no más bien la minúscula construcción sobre la cual descansa. Hay quienes creen que este montículo de piedras cobija la tumba de Hotu  Motu’a, en tanto que otros la sitúan del otro lado de la isla, cerca del ahu Ura Uranga Te Mahina.

 

Ahu Akivi

 

Este enigmático ahu que recibe el apodo de “7 moai” se encuentra al noroeste de Hanga Roa, cerca de la red subterránea Te Pahu. Sus siete moai miran hacia el lejano océano (a diferencia del resto de las estatuas, que siempre miran hacia el interior de la isla para proteger con su mana a los clanes). Nadie conoce con certeza el rol exacto que tuvo este lugar ceremonial, aunque se cree que este lugar era de utilidad para los astrónomos pascuenses. Los moai están alineados de espaldas al sol levante, orientados según la línea solar del equinoccio. Un minúsculo ahu los observa desde el otro lado de la planicie.

Ahu Vaipu

Bajo el lago Rano Aroi y frente a la cantera del Rano Raraku que se divisa a lo lejos, se encuentra el ahu “central”, el pequeño ahu Vaipu o ahu Ava Ranga Uka. Está fabricado con bloques de piedra mal ensamblados, y sobre este reposa una estatua de toba de 3,4 m recostada mirando hacia el suelo. Sus ojos no se han esculpido. Si este moai estaba destinado a colocarse en este altar, sus constructores no tuvieron el tiempo de instalarlo ni de fijar sus dos almendras de coral. A este lugar se accede a pie por el cañón (Ava Hanga Uka), creado por las aguas del Rano Aroi. Geográficamente hablando, este ahu se encuentra exactamente en el centro del triángulo formado por Rapa Nui.

Ahu Nau Nau

Si existe un ahu que simbolice a Isla de Pascua, es el ahu Nau Nau, ubicado en la espectacular playa Anakena. Es uno de los escasos ahu cuya restauración está relativamente finalizada (falta la parte derecha), a pesar de que el trabajo arqueológico realizado para esta ocasión no fue muy profundo. Simbólicamente, este ahu es uno de los más importantes, ya que sobre esta playa desembarcaron, entre el año 400 y 600 de nuestra era, el rey Hotu Matu’a y su séquito, provenientes de la tierra de Marae Renga, en la isla de Hiva. La leyenda precisa que siete exploradores habrían sido enviados en avanzada.

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