Cuevas

La red Te Pahu

Situada más abajo del ahu Akivi, en un sector llamado Roiho. Se trata de un largo túnel de lava, el más grande de la isla, donde la población podía refugiarse durante las redadas esclavistas. A esta se accede fácilmente por los derrumbes del techo, y para explorarla solo se necesita una linterna y un par de botas, ya que muy pocas partes están inundadas. Gracias a diversos tragaluces naturales, es fácil orientarse en las cavernas. Este tubo de lava formado por el endurecimiento de una capa de basalto durante el flujo de un río de lava es una de las numerosas cavernas de la isla. Probablemente, se solidificó hace menos de 10.000 años durante la erupción del Munga Hiva Hiva, la última manifestación volcánica de Rapa Nui. Estos derrumbes naturales se utilizaban como jardines protegidos del viento (manavai).

Ana Kai Tangata

Un poco después de la pista del aeropuerto, en la salida sur de Hanga Roa, se encuentra la caverna de los caníbales (Ana = caverna; Kai = alimento, Tangata = hombres). Sin embargo, no debemos sacar conclusiones a partir de una simple traducción, ya que la caverna puede ser tanto un lugar donde los hombres comían como uno en el que se comían hombres. La visita vale la pena por la presencia de algunas pinturas de hombres-pájaro en el techo (desgraciadamente muy deterioradas). Desde una pequeña cornisa en el lado izquierdo de la caverna también se puede admirar el poder del oleaje que se estrella contra las rocas.

Te Peu

Más arriba de Tahai, hacia el norte entre los largos acantilados y las pendientes del Tereveka, se encuentra una zona poco concurrida por los turistas. Aquí, el visitante se interna en el sector más secreto de la isla. Después de contemplar los petroglifos que representan gallos y gallinas cerca de la antigua leprosería (la piedra Pu Hakanini Mako’i), la primera atracción ineludible es la caverna de las dos ventanas (Ana Kio) frente a los Motu Tautara. Un tubo de lava emerge desde la tierra cerca del acantilado. Deslizándose por una estrecha entrada, se penetra a esta cavidad doblemente estratégica, ya que ofrece dos salidas en medio del acantilado, una hacia el mar y otra hacia los Motu Tautara. Un poco antes de la Punta Islote, se encuentra otra caverna cargada de leyendas, un tubo de lava perfecto que posee un suelo liso y decorado, además de estalactitas de lava en su techo. En el centro de esta caverna, cuyo nombre es Ana te Pora, se encuentra lo que parece ser una tumba. A solo pasos de este lugar, se sitúa el Ahu te Peu, un lugar notable frente al cual yacen los restos de un antiguo pueblo que contiene una magnífica casa-barco de más de 45 m de largo.